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Spanish to English: Mitos psicológicos: Fuentes, Aceptación y relación con la Salud General field: Other Detailed field: Psychology
Source text - Spanish Mitos psicológicos: Fuentes, Aceptación y relación con la Salud
En la actualidad, las posibilidades de adquirir conocimientos han aumentado. Las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación, Internet y otros medios audiovisuales han contribuido a este hecho. Sin embargo, esa proliferación no ha ido acompañada de una mayor calidad de los contenidos, lo cual favorece la consolidación y aparición de ideas erróneas sobre temas científicos, entre otros de Psicología. En este trabajo se ha empleado la expresión mitos psicológicos, en el sentido de algo que es falso o que no se corresponde con el estado actual del nivel de conocimiento en Psicología y que contiene las notas de una creencia. La importancia de los mitos, en cuanto a su repercusión negativa, es variable, pudiendo ser muy grande. En base a ellos las personas pueden tomar decisiones, adoptar actitudes o favorecer determinadas medidas, entre otras cosas. Por ello, resulta crucial que los profesionales no alberguen mitos. En Psicología, p. ej., sus profesionales pueden hacer recomendaciones o apoyar decisiones basándose en ideas que no han recibido apoyo científico y que pueden ser perjudiciales.
La presente investigación se propuso averiguar, en estudiantes de primero de Psicología, la cantidad de mitos psicológicos que aceptaban de una lista de 50, recopilada por Lilienfeld et al. (2010). Lo siguiente fue ver si accedían a dichos estudios con los mismos o más o menos mitos psicológicos que los de otras titulaciones diferentes a Psicología. Un tercer objetivo fue volver a aplicar la misma lista al grupo cuando alcanzara el cuarto curso, para comprobar si los estudios hacían descender el número de mitos que aceptaban. Por otra parte, también interesó verificar la evolución de los alumnos de las otras titulaciones, por si habían desarrollado el pensamiento crítico. Por ello, se repitieron las pruebas con los de cuarto de las otras titulaciones. Y, por último, se examinó si los de cuarto de Psicología acababan mejor que los de otras titulaciones en el número de mitos psicológicos aceptados.
Aparte de lo anterior se trató de ir más allá en cuanto a estudiar si se daban condiciones con más probabilidad en la aceptación de los mitos psicológicos; por eso, se evaluaron aspectos como la asistencia y uso de servicios psicológicos o psiquiátricos; la lectura de literatura de divulgación psicológica y/o de autoayuda; la valoración de la Psicología, en cuanto eficacia y cientificidad; las autovaloraciones personales en distintos ámbitos; las fuentes de información, e índices de salud general. Con ellos, se intentaría buscar un modelo que ofreciera algún modo de predecir la puntuación en el listado de mitos psicológicos.
Los resultados obtenidos han puesto de manifiesto que los alumnos de otras titulaciones llegan a primero con un mayor número de mitos psicológicos que los de Psicología; que al llegar a cuarto los de Psicología, en comparación a cuando estaban en primero, aceptan un menor número, aunque los tamaños del efecto han sido más bien pequeños; que no hay, prácticamente, variación entre los del primer y cuarto curso de otras titulaciones; y que hay una diferencia sustancial en el descenso de mitos, a favor de los de Psicología, entre los de cuarto de esta disciplina y los de las otras. Por otra parte, la predicción de los mitos fue mayor con los alumnos de cuarto de Psicología que con los de primero de dicha titulación. Otro dato ha sido que tanto en primero como en cuarto los de Psicología alcanzan unos mejores perfiles de salud, tanto en las dimensiones del GHQ 28 (síntomas somáticos, ansiedad e insomnio, disfunción social y depresión grave) como en su puntuación total.
A partir de los datos se plantean algunas reflexiones en cuanto al papel que juegan los alumnos, los docentes o el propio sistema, en aras de profundizar en este campo y poder establecer estrategias que eliminen al máximo los mitos psicológicos adquiridos previamente y que se impida la formación de otros nuevos.
Translation - English Psychology myths: sources, acceptance and their relation to health
At present, the opportunities for people to acquire knowledge have grown. The so-called new communication technologies, the Internet and audiovisual media have contributed to this. Nevertheless, such growth has not been matched by a greater quality of the contents, which fosters the consolidation and emergence of erroneous thoughts on scientific issues, Psychology among others. The phrase psychology myths is used in this Project in the sense of something which is false or that does not correspond with the current state of knowledge in Psychology and which contains the components of a belief. The importance of myths, as far as adverse repercussions are concerned, is variable, but it can be very high. Taking such myths as a basis, people can take decisions, adopt attitudes, or favour specific measures, inter alia. That is why it is fundamental for professionals not to harbour myths. In Psychology, for instance, professionals can make recommendations or support decisions building on ideas that can be harmful or have no scientific support.
Using first year Psychology students as a target group, the current research aimed to find out the amount of psychological myths that they accepted out of a list of 50, which Lilienfeld et al. (2010) had previously collected. The next step was to check if they started their studies with the same, fewer or more psychology myths than students pursuing other degrees. A third objective was to apply the same list of myths to the group once they had reached the fourth year to ascertain whether their studies resulted in a drop in the number of myths they accepted. On the other hand, it was also interesting to verify the evolution of students within other degree programs, just in case they had developed critical thinking. For this reason, the tests were repeated to fourth year graduates of other studies. Eventually, it was examined whether fourth-year Psychology students achieved better results than their counterparts in other studies concerning the number of psychology myths accepted.
In addition to the aforementioned, it was a matter of going much further, in particular as to studying whether the conditions were met more favourably in the acceptance of psychology myths. Hence, there was an evaluation of aspects such as professional support and the use of psychological and psychiatric services; the reading of psychological and self-help literature; the assessment of Psychology, in terms of efficacy and scientific basis; self-appraisal at different levels; the sources of information, and health standards. With these bases, an attempt would be made to seek a plan which may offer a way to predict the score in the list of psychology myths.
The results obtained have revealed that the students from other degree programs enter university with a higher number of psychological myths than those starting the degree of Psychology; that Psychology students, once they reach their fourth year accept a fewer number of myths than when they started their studies, although the size of the effect has been quite small; that the data coming from the students from other degree programs remains practically unchanged between Years 1 to 4, and that there is a substantial difference in the fall in the number of myths, in favour of Psychology students when compared to others, as they reach their fourth year. Furthermore, the accuracy in the prediction of myths was higher with the fourth year Psychology students than with those studying their first year. Another factor that we must not lose sight of is that Psychology students both in their first and fourth year reach better health profiles not only in the GHQ 28 scores (somatic symptoms, anxiety and insomnia) but also in the total score.
On the basis of the data compiled, some considerations arise as, for example, the roles played by the students, the teachers or the system itself, in the interest of taking a step further digging deeper into this field and for the sake of setting up strategies that remove, as far as possible, previously acquired psychological myths, preventing the formation of new ones.